Nolan, una marioneta de tamaño natural –semejante a un cuerpo humano– realiza un viaje metafórico para liberarse de la materia inerte y conseguir la libertad. Si en un principio es el movimiento dependiente de sus manipuladores, el ritual de transformación conduce al espectador hasta lograr la magia, la ilusión, de que la marioneta sea un personaje autónomo con capacidad de manipular al ser humano.